jueves, 26 de noviembre de 2009

El Puntazo

El Puntazo

_ ¡Pendejo! anda laburar.
_ Pero vieja ya no doy mas.
_ Anda aprovecha que ha esta hora viene mucha gente.
Sergio siempre iba con su madre a la estación de trenes a mendigar dinero para poder vivir.
_ Lobo, fíame un poco de merca.
_ No puedo, ya me debes como un palo, y si no pago, me hacen boleta a mi, págame y después hablamos.
_ Lobo por favor, no seas malo, antes vos me la regalabas, la necesito, por favor no me dejes sin paco, sin paquito querido.
_ Eso ya fue, te dije que no puedo, no seas pesada, raja de acá, espantas a mis clientes.
Cuando regreso encontró a Sergio aspirando pegamento con unos amigos de la villa.
_ Que te dije pendejo, estás perdiendo el tiempo con tus amigos cuando deberías estar juntando dinero.
_ Pero ma ya estoy cansado, no dormí bien en el banco, a parte de morirme de frío, los gatos maullaron toda la noche.
_ Sos un haragan igual que tu padre, vení acá, ¡vení te digo! ¿cuánta plata tenes?
Sergio extrajo el dinero de sus bolsillos y contando todas las monedas que le habían dado sumaba 2 pesos.
_ No puede ser, esto es muy poco, con esto no compro ni un cigarrillo, ¡maldición! Saco un cuchillo y amenazo a su hijo: _ ¡dame mas plata! Huacho ¿me la estas escondiendo?
_ No tengo más ¡para! ¡para!
De un cuchillazo la madre atravesó las entrañas de su hijo, y como Bolsa de papas cayo al suelo, quedando tendido en el piso frío, la sangre regaba las vías. El no sabía en ese momento que le dolía mas, ver a su madre adicta, a la gente indiferente, la panza vacía o el puntazo que le acertó la madre, hasta que un ángel lo llevo a un lugar mejor.

Basado en una historia real

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