viernes, 13 de noviembre de 2009

Roco y su madre

Roco y madre



La lluvia caía sin parar mientras la madre agarraba fuertemente una hoja de gran tamaño para cubrir su hijo de las frías gotas que disparaba el cielo.

Una vez que las nubes decidieron dejar de trabajar, la madre tomo un manojo de hojas lo introdujo en un pequeño charco y lo llevo hacia su boca, lo exprimía para tomar un poco de agua, luego hizo la mismo para convidar a su hijo el agua mas pura y exquisita de la naturaleza, una vez saciados, siguieron su camino.

Roco era un chimpancé pequeño, tenía que aprender a sobrevivir, este era el primer día que salía con su madre a conocer la naturaleza. La madre le enseñaría toda la experiencia que había adquirido con los años.

_ Ya sabes como tomar agua cuando no hay un arroyo, o este no es profundo _ dijo la madre al hijo que la miraba con los ojos grandes por el entusiasmo _ recuerda bien estas lecciones porque cuando crezcas tendrás que cuidarte solo.

_ Si mamá, no te preocupes, estoy prestando atención, lo grabaré todo en mi memoria _ dijo el pequeño Roco.

_ ¿Tienes hambre hijo?

_ Si, estoy con la barriga vacía.

La madre lo condujo hacía un gran árbol, tomo una piedra y una nuez del suelo debajo del árbol que alimentaba a la familia de primates en la temporada de esta fruta _ Mira lo que haré _ dijo la madre, golpeo con la piedra la fruta, se partió en dos, y se la dio a su hijo.

_ Mamá esto esta riquisimo _ dijo Roco

_ Ya sabes como romper la cascara de las nueces, pero recuerda que solo en invierno tendrás esta fruta, además no tienes que golperla muy fuerte porque destruirás a la nuez, tampoco muy despacio porque no lograrás romper la cascara, tienes que encontrar el equilibrio esto es muy importante en la vida hijo, el equilibrio.

_ Si mamá, lo retendré en mi cabeza.

Se habían acabado las nueces del suelo, la madre le dijo a su hijo: _ Roco, te has quedado lleno o continuas con hambre.

_ Tengo un poco de hambre todavía, no fueron muchas nueces.

_ Hasta que no paran de crecer no paran de comer _ dijo la madre _ vamos para otro lugar, te enseñare otra cosa, pero antes fíjate bien donde dejamos nuestras herramientas para que cuando vengas a comer nueces ya la tengas preparadas.

_ Lo recordaré mamá.

_ Mira como me limpio los restos de comida que me quedaron entre los dientes, has lo mismo.

_ Es divertido _ dijo Roco pasándose un palito entre los dientes.

La madre continuo: _ ahora te mostrare el castillo de las termitas. Las termitas son unos sabrosos insectos que podes comer cuando tienes hambre, mira como debes hacer, revisa con cuido las ramas de un árbol, elige una rama delgada, la arrancas y le quitas las hojas, luego la introduces por la puerta del hormiguero, las sacas con las termitas soldados que cuidan la puerta y adentro. Viste los humanos se jactan de ser los únicos que utilizan herramientas.

_ ¿Quienes son los humanos mama?

_ Son unos seres que el creador los doto de razón y corazón, pero como no los utilizan, son iguales a nosotros, con la diferencia que son mas feos, tienen muy poco pelo en el cuerpo. Los hombres son, si no me equivoco, la única especie en la naturaleza que se destruye a si misma. Espero que no los conozcas hay entre ellos malos que nos cazan y nos matan, ¿y que se puede esperar? si entre ellos también se cazan y se matan mutuamente.

Fíjate aquí, observa, cuando sacas la rama, esta llena de termitas, pero debes apurarte porque te querrán atacar. Ahora te toca a ti hijo, toma aquí tienes el palo.

_ Meto la vara en el hormiguero, la saco llena de hormigas, y, ¡hay!, ¡hay!.

Roco tiro al suelo el palo y empezó a sacudir su mano dando gritos, porque no mordió a las termitas sino que ellas a el.

_ ¿Que te paso hijo? _ pregunto la madre, y mitigaba el dolor con unas caricias únicas de una madre.

Los gritos del pequeño no habían pasado desapercibido, el leopardo justo andaba por la zona, y al escuchar los gritos, buscaba a sus posibles presas.

La madre con mucha experiencia ya por lo años, sabía distinguir el olor de el leopardo, y busco una gruesa rama para protegerse del enemigo.

_ ¿Para que juntas ese palo mama?, ¿vas a romper el hormiguero porque me mordieron? _

_ shh, shh, ahora no hables que se acerca un enemigo peligroso.

_ Carne tierna _ dijo el leopardo al ver a Roco.

_ Ni te atrevas que te parto este palo por la cabeza _ dijo la madre.

_ Hay pero que miedo _ dijo el Leopardo.

El leopardo se abalanzo contra su almuerzo, pero la madre que ya había tenido experiencia con estos rápidos felinos, fue mas rápida todavía y logro darle un golpe tan fuerte que el Leopardo, cayo desmayado al suelo.

Agarro a su hijo de la mano y le dijo _ Corramos de acá antes de que se despierte. Una ves lejos del lugar la madre continuó: _ Hijo por hoy ya has aprendido mas de lo que yo creía que te enseñaría, ahora ya sabes como buscar alimento y como defenderte de los malos animales, tienes que tener cuidado porque muchas veces se quieren hacer tus amigos y luego te comen, después te mostrare quienes son los humanos para que te cuides de ellos.

_ Gracias mamá por enseñarme a vivir y ha sobrevivir, aunque me asuste mucho de ese leopardo.

_ Yo también _ dijo la madre.

Y mientras se reían, recordando la siesta que le mandaron a dormir al Leopardo, el clan los recibía con una cordial alegría.



Moraleja: Siguiendo los consejos de los grandes y llegaras a ser grande.





Pablo Martín Gallero

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