viernes, 26 de marzo de 2010

La maestra perseverante

A la maestra de una escuela le había tocado un curso interesante, sus alumnos eran bastante inquietos y discrepantes. Cuando la maestra quería enseñar algo, sus alumnos decían que era aburrido, o que ya lo sabían, o que no servía para nada. La maestra no sabía qué hacer, si decía que todos tenían que obrar juntos para poder trabajar siempre alguien veía el lado negativo. La maestra propuso amonestar a los que se portaban mal, pero los compañeros se enojaron, preferían impunidad antes que responsabilidad. La maestra planteó que los alumnos que tenían mejor nota debían ayudar a los compañeros que les costaba, pero los mejores alumnos no querían, argumentaban que la meritocracia es divina, y que los que no pueden se deben quedar atrás o ir a otra escuela, o trabajar para ellos, los mismos que se quejaron cuando la maestra dijo que los que tenían más plantas en la huerta de la escuela debían aportar con mayor cantidad de hortalizas, pero regañaron y no dejaban ingresar a nadie a la escuela como medida de protesta. La maestra manifestó que podían buscar la información de las clases en cualquier libro que tengan, pero los alumnos preferían solo un libro, porque la televisión decía que era el mejor, la maestra se quejo en el canal local, pero los dueños le dijeron que negocios son negocios, la maestra se quejo en la justicia, pero la justicia apoyo a los dueños de los canales, porque entre bueyes no hay corneadas, el pueblo no le apoyo en esta medida y todo quedó como antes. Pese a la oposición la maestra lograba avanzar con sus clases, los alumnos aprendían y las clases cada vez eran mejores. La maestra se dio cuenta que por más cosas interesantes o buenas que proponga, siempre estaban quienes no querían, no les interesaba; se quejaban, criticaban, molestaban, pero no hacía nada para que las cosas sean diferentes, siempre las partes tienen parte de la culpa de las consecuencias, lo que no se daban cuenta es que es que la clase dependía tanto de la energía que pone la maestra como la de los alumnos. Era así como debía avanzar, iba a hacer más pesado el camino, pero ella era consciente de esto debía aceptarlo y seguir adelante, ya que lo importante era que su clase avanzara pese a que nadie la apoyara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario