El Puntazo
_ ¡Pendejo! anda laburar.
_ Pero vieja ya no doy mas.
_ Anda aprovecha que ha esta hora viene mucha gente.
Sergio siempre iba con su madre a la estación de trenes a mendigar dinero para poder vivir.
_ Lobo, fíame un poco de merca.
_ No puedo, ya me debes como un palo, y si no pago, me hacen boleta a mi, págame y después hablamos.
_ Lobo por favor, no seas malo, antes vos me la regalabas, la necesito, por favor no me dejes sin paco, sin paquito querido.
_ Eso ya fue, te dije que no puedo, no seas pesada, raja de acá, espantas a mis clientes.
Cuando regreso encontró a Sergio aspirando pegamento con unos amigos de la villa.
_ Que te dije pendejo, estás perdiendo el tiempo con tus amigos cuando deberías estar juntando dinero.
_ Pero ma ya estoy cansado, no dormí bien en el banco, a parte de morirme de frío, los gatos maullaron toda la noche.
_ Sos un haragan igual que tu padre, vení acá, ¡vení te digo! ¿cuánta plata tenes?
Sergio extrajo el dinero de sus bolsillos y contando todas las monedas que le habían dado sumaba 2 pesos.
_ No puede ser, esto es muy poco, con esto no compro ni un cigarrillo, ¡maldición! Saco un cuchillo y amenazo a su hijo: _ ¡dame mas plata! Huacho ¿me la estas escondiendo?
_ No tengo más ¡para! ¡para!
De un cuchillazo la madre atravesó las entrañas de su hijo, y como Bolsa de papas cayo al suelo, quedando tendido en el piso frío, la sangre regaba las vías. El no sabía en ese momento que le dolía mas, ver a su madre adicta, a la gente indiferente, la panza vacía o el puntazo que le acertó la madre, hasta que un ángel lo llevo a un lugar mejor.
Basado en una historia real
jueves, 26 de noviembre de 2009
miércoles, 18 de noviembre de 2009
Incluidos
Reunidos los dirigentes de un grupo humano que representa a una institución a nivel nacional se planteaban como captar mas personas para el movimiento, ya que es ad honorem, sin fines de lucro y con una misión educativa. En ese momento un coordinador comentó que nunca había llorado tanto como en dicho movimiento, que por discusiones y malentendidos se había sentido humillado y maltratado, pasa que muchas veces los encargados quieren obtener mas poder haciendo sentir poder, error, ya que repartiendo poder es como se obtiene mas poder, claro siempre y cuando sea constructivo. Viendo esta situación y entendiendo que la verdadera felicidad se obtiene haciendo felices a los demás, otro coordinador propuso que cada uno diga como se siente dentro del movimiento, de esa forma podrían hacer un buen diagnostico con el que poder superar las debilidades o mejorar las fortalezas. Pero otro coordinador de otro distrito dijo que eso era una pavada, que había cosas mas urgentes, que había que aprender mas, aprovechar mejor el encuentro, y nadie lo contradijo, porque la eficiencia es un paradigma actual que no tiene en cuenta las emociones. Ahora bien cuando una persona de cualquier institución educativa que se trate dice que dentro de ella es ofendida, no se puede hacer oídos sordos y si otra persona agrega que eso es una pavada hay que prestar atención, ya la institución ha perdido su finalidad, puesto que no hay grupo humano que pueda mantenerse en pie donde las personas no encuentran apoyo y contención emocional, pero eso no es una pavada, y cuando se lo tapa con la hipocresía tarde o temprano explota. Si no se escucha a la gente, no se puede pretender captar adultos. Si no se sienten bien, no se puede pedirles constancia. Cuando entre los adultos se maltratan ¿qué se puede esperar de los niños educados en dicha institución?
Un buen ejercicio para que estas cosas no se produzcan es hacer corazones abiertos, esto es darle un momento a cada integrante del grupo para que diga lo que siente, sea bueno o malo, sin ser interferido, sin ser interpretado ya que los sentimientos no se juzgan, la persona debe sentirse incluida, valorada, apreciada. Nadie se va de un lugar donde lo tratan bien.
Otro ejercicio importante es cuando se hace una oración final que cada integrante con las manos agarradas agradezca a Dios por ambas personas que están a su costado, diciendo sus nombres y así hasta que se termine la ronda.
Un buen ejercicio para que estas cosas no se produzcan es hacer corazones abiertos, esto es darle un momento a cada integrante del grupo para que diga lo que siente, sea bueno o malo, sin ser interferido, sin ser interpretado ya que los sentimientos no se juzgan, la persona debe sentirse incluida, valorada, apreciada. Nadie se va de un lugar donde lo tratan bien.
Otro ejercicio importante es cuando se hace una oración final que cada integrante con las manos agarradas agradezca a Dios por ambas personas que están a su costado, diciendo sus nombres y así hasta que se termine la ronda.
viernes, 13 de noviembre de 2009
Roco y su madre
Roco y madre
La lluvia caía sin parar mientras la madre agarraba fuertemente una hoja de gran tamaño para cubrir su hijo de las frías gotas que disparaba el cielo.
Una vez que las nubes decidieron dejar de trabajar, la madre tomo un manojo de hojas lo introdujo en un pequeño charco y lo llevo hacia su boca, lo exprimía para tomar un poco de agua, luego hizo la mismo para convidar a su hijo el agua mas pura y exquisita de la naturaleza, una vez saciados, siguieron su camino.
Roco era un chimpancé pequeño, tenía que aprender a sobrevivir, este era el primer día que salía con su madre a conocer la naturaleza. La madre le enseñaría toda la experiencia que había adquirido con los años.
_ Ya sabes como tomar agua cuando no hay un arroyo, o este no es profundo _ dijo la madre al hijo que la miraba con los ojos grandes por el entusiasmo _ recuerda bien estas lecciones porque cuando crezcas tendrás que cuidarte solo.
_ Si mamá, no te preocupes, estoy prestando atención, lo grabaré todo en mi memoria _ dijo el pequeño Roco.
_ ¿Tienes hambre hijo?
_ Si, estoy con la barriga vacía.
La madre lo condujo hacía un gran árbol, tomo una piedra y una nuez del suelo debajo del árbol que alimentaba a la familia de primates en la temporada de esta fruta _ Mira lo que haré _ dijo la madre, golpeo con la piedra la fruta, se partió en dos, y se la dio a su hijo.
_ Mamá esto esta riquisimo _ dijo Roco
_ Ya sabes como romper la cascara de las nueces, pero recuerda que solo en invierno tendrás esta fruta, además no tienes que golperla muy fuerte porque destruirás a la nuez, tampoco muy despacio porque no lograrás romper la cascara, tienes que encontrar el equilibrio esto es muy importante en la vida hijo, el equilibrio.
_ Si mamá, lo retendré en mi cabeza.
Se habían acabado las nueces del suelo, la madre le dijo a su hijo: _ Roco, te has quedado lleno o continuas con hambre.
_ Tengo un poco de hambre todavía, no fueron muchas nueces.
_ Hasta que no paran de crecer no paran de comer _ dijo la madre _ vamos para otro lugar, te enseñare otra cosa, pero antes fíjate bien donde dejamos nuestras herramientas para que cuando vengas a comer nueces ya la tengas preparadas.
_ Lo recordaré mamá.
_ Mira como me limpio los restos de comida que me quedaron entre los dientes, has lo mismo.
_ Es divertido _ dijo Roco pasándose un palito entre los dientes.
La madre continuo: _ ahora te mostrare el castillo de las termitas. Las termitas son unos sabrosos insectos que podes comer cuando tienes hambre, mira como debes hacer, revisa con cuido las ramas de un árbol, elige una rama delgada, la arrancas y le quitas las hojas, luego la introduces por la puerta del hormiguero, las sacas con las termitas soldados que cuidan la puerta y adentro. Viste los humanos se jactan de ser los únicos que utilizan herramientas.
_ ¿Quienes son los humanos mama?
_ Son unos seres que el creador los doto de razón y corazón, pero como no los utilizan, son iguales a nosotros, con la diferencia que son mas feos, tienen muy poco pelo en el cuerpo. Los hombres son, si no me equivoco, la única especie en la naturaleza que se destruye a si misma. Espero que no los conozcas hay entre ellos malos que nos cazan y nos matan, ¿y que se puede esperar? si entre ellos también se cazan y se matan mutuamente.
Fíjate aquí, observa, cuando sacas la rama, esta llena de termitas, pero debes apurarte porque te querrán atacar. Ahora te toca a ti hijo, toma aquí tienes el palo.
_ Meto la vara en el hormiguero, la saco llena de hormigas, y, ¡hay!, ¡hay!.
Roco tiro al suelo el palo y empezó a sacudir su mano dando gritos, porque no mordió a las termitas sino que ellas a el.
_ ¿Que te paso hijo? _ pregunto la madre, y mitigaba el dolor con unas caricias únicas de una madre.
Los gritos del pequeño no habían pasado desapercibido, el leopardo justo andaba por la zona, y al escuchar los gritos, buscaba a sus posibles presas.
La madre con mucha experiencia ya por lo años, sabía distinguir el olor de el leopardo, y busco una gruesa rama para protegerse del enemigo.
_ ¿Para que juntas ese palo mama?, ¿vas a romper el hormiguero porque me mordieron? _
_ shh, shh, ahora no hables que se acerca un enemigo peligroso.
_ Carne tierna _ dijo el leopardo al ver a Roco.
_ Ni te atrevas que te parto este palo por la cabeza _ dijo la madre.
_ Hay pero que miedo _ dijo el Leopardo.
El leopardo se abalanzo contra su almuerzo, pero la madre que ya había tenido experiencia con estos rápidos felinos, fue mas rápida todavía y logro darle un golpe tan fuerte que el Leopardo, cayo desmayado al suelo.
Agarro a su hijo de la mano y le dijo _ Corramos de acá antes de que se despierte. Una ves lejos del lugar la madre continuó: _ Hijo por hoy ya has aprendido mas de lo que yo creía que te enseñaría, ahora ya sabes como buscar alimento y como defenderte de los malos animales, tienes que tener cuidado porque muchas veces se quieren hacer tus amigos y luego te comen, después te mostrare quienes son los humanos para que te cuides de ellos.
_ Gracias mamá por enseñarme a vivir y ha sobrevivir, aunque me asuste mucho de ese leopardo.
_ Yo también _ dijo la madre.
Y mientras se reían, recordando la siesta que le mandaron a dormir al Leopardo, el clan los recibía con una cordial alegría.
Moraleja: Siguiendo los consejos de los grandes y llegaras a ser grande.
Pablo Martín Gallero
La lluvia caía sin parar mientras la madre agarraba fuertemente una hoja de gran tamaño para cubrir su hijo de las frías gotas que disparaba el cielo.
Una vez que las nubes decidieron dejar de trabajar, la madre tomo un manojo de hojas lo introdujo en un pequeño charco y lo llevo hacia su boca, lo exprimía para tomar un poco de agua, luego hizo la mismo para convidar a su hijo el agua mas pura y exquisita de la naturaleza, una vez saciados, siguieron su camino.
Roco era un chimpancé pequeño, tenía que aprender a sobrevivir, este era el primer día que salía con su madre a conocer la naturaleza. La madre le enseñaría toda la experiencia que había adquirido con los años.
_ Ya sabes como tomar agua cuando no hay un arroyo, o este no es profundo _ dijo la madre al hijo que la miraba con los ojos grandes por el entusiasmo _ recuerda bien estas lecciones porque cuando crezcas tendrás que cuidarte solo.
_ Si mamá, no te preocupes, estoy prestando atención, lo grabaré todo en mi memoria _ dijo el pequeño Roco.
_ ¿Tienes hambre hijo?
_ Si, estoy con la barriga vacía.
La madre lo condujo hacía un gran árbol, tomo una piedra y una nuez del suelo debajo del árbol que alimentaba a la familia de primates en la temporada de esta fruta _ Mira lo que haré _ dijo la madre, golpeo con la piedra la fruta, se partió en dos, y se la dio a su hijo.
_ Mamá esto esta riquisimo _ dijo Roco
_ Ya sabes como romper la cascara de las nueces, pero recuerda que solo en invierno tendrás esta fruta, además no tienes que golperla muy fuerte porque destruirás a la nuez, tampoco muy despacio porque no lograrás romper la cascara, tienes que encontrar el equilibrio esto es muy importante en la vida hijo, el equilibrio.
_ Si mamá, lo retendré en mi cabeza.
Se habían acabado las nueces del suelo, la madre le dijo a su hijo: _ Roco, te has quedado lleno o continuas con hambre.
_ Tengo un poco de hambre todavía, no fueron muchas nueces.
_ Hasta que no paran de crecer no paran de comer _ dijo la madre _ vamos para otro lugar, te enseñare otra cosa, pero antes fíjate bien donde dejamos nuestras herramientas para que cuando vengas a comer nueces ya la tengas preparadas.
_ Lo recordaré mamá.
_ Mira como me limpio los restos de comida que me quedaron entre los dientes, has lo mismo.
_ Es divertido _ dijo Roco pasándose un palito entre los dientes.
La madre continuo: _ ahora te mostrare el castillo de las termitas. Las termitas son unos sabrosos insectos que podes comer cuando tienes hambre, mira como debes hacer, revisa con cuido las ramas de un árbol, elige una rama delgada, la arrancas y le quitas las hojas, luego la introduces por la puerta del hormiguero, las sacas con las termitas soldados que cuidan la puerta y adentro. Viste los humanos se jactan de ser los únicos que utilizan herramientas.
_ ¿Quienes son los humanos mama?
_ Son unos seres que el creador los doto de razón y corazón, pero como no los utilizan, son iguales a nosotros, con la diferencia que son mas feos, tienen muy poco pelo en el cuerpo. Los hombres son, si no me equivoco, la única especie en la naturaleza que se destruye a si misma. Espero que no los conozcas hay entre ellos malos que nos cazan y nos matan, ¿y que se puede esperar? si entre ellos también se cazan y se matan mutuamente.
Fíjate aquí, observa, cuando sacas la rama, esta llena de termitas, pero debes apurarte porque te querrán atacar. Ahora te toca a ti hijo, toma aquí tienes el palo.
_ Meto la vara en el hormiguero, la saco llena de hormigas, y, ¡hay!, ¡hay!.
Roco tiro al suelo el palo y empezó a sacudir su mano dando gritos, porque no mordió a las termitas sino que ellas a el.
_ ¿Que te paso hijo? _ pregunto la madre, y mitigaba el dolor con unas caricias únicas de una madre.
Los gritos del pequeño no habían pasado desapercibido, el leopardo justo andaba por la zona, y al escuchar los gritos, buscaba a sus posibles presas.
La madre con mucha experiencia ya por lo años, sabía distinguir el olor de el leopardo, y busco una gruesa rama para protegerse del enemigo.
_ ¿Para que juntas ese palo mama?, ¿vas a romper el hormiguero porque me mordieron? _
_ shh, shh, ahora no hables que se acerca un enemigo peligroso.
_ Carne tierna _ dijo el leopardo al ver a Roco.
_ Ni te atrevas que te parto este palo por la cabeza _ dijo la madre.
_ Hay pero que miedo _ dijo el Leopardo.
El leopardo se abalanzo contra su almuerzo, pero la madre que ya había tenido experiencia con estos rápidos felinos, fue mas rápida todavía y logro darle un golpe tan fuerte que el Leopardo, cayo desmayado al suelo.
Agarro a su hijo de la mano y le dijo _ Corramos de acá antes de que se despierte. Una ves lejos del lugar la madre continuó: _ Hijo por hoy ya has aprendido mas de lo que yo creía que te enseñaría, ahora ya sabes como buscar alimento y como defenderte de los malos animales, tienes que tener cuidado porque muchas veces se quieren hacer tus amigos y luego te comen, después te mostrare quienes son los humanos para que te cuides de ellos.
_ Gracias mamá por enseñarme a vivir y ha sobrevivir, aunque me asuste mucho de ese leopardo.
_ Yo también _ dijo la madre.
Y mientras se reían, recordando la siesta que le mandaron a dormir al Leopardo, el clan los recibía con una cordial alegría.
Moraleja: Siguiendo los consejos de los grandes y llegaras a ser grande.
Pablo Martín Gallero
Oso Grizzly
Oso Grizzly
En una bella tarde de sol en los bosques del Canadá, una madre de oso grizzly con sus tres hijos se despertó hambrienta después de un frío invierno, llego a bajar un cuarto del total de su peso por alimentar a su descendencia durante este largo período.
Toda la familia junta fue hasta el río para pescar salmón que es uno de sus alimentos favoritos, mientras la madre atrapaba peces en la corriente, los cachorros se divertían con juegos que son el entrenamiento para futuros encuentros con sus enemigos, conociendo así sus limites y sus fuerzas.
Uno de los pequeños desde una piedra quiso pescar al igual que su madre, pero al ser inexperto se cayo al agua y la correntada lo arrastro lejos, nadie lo pudo ayudar.
Una tarde estaban caminando por el bosque cuando divisaron que un árbol se movía, la madre se dio cuenta que un oso se estaba rascando la espalda con un pino alto que utiliza para marcar su territorio dejando sus pelos y olores en el, cuando este olfateo a posibles usurpadores fue a sorprenderlos, se encontró con una madre y sus dos hijos, golpeo a uno de los pequeños con la poderosa garra que poseen estos enormes animales y al instante lo dejo sin vida. Cuando su madre vio que sus hijos estaban en peligro, enfurecida ataco al violento asesino, que no pudiendo detenerla huyo despavorido por el bosque sin importarle su jurisdicción.
La vida nos quita los seres queridos cuando menos lo esperamos, la vida tiene leyes que solo podemos aceptar, suele ser muy generosa como mezquina, primero te regala cosas, luego te las quita.
Así fue como aventuras tras aventuras pasaron unidos la madre y el único hijo que le quedo por los caminos de la vida, dieciocho meces convivieron, convirtiendo al novato en un excelente cazador, nadador, pescador, recolector y un gran guerrero.
Hasta que un día todo cambió de repente, la osa echaba a su hijo de su lado, había llegado el tiempo en que él debía cuidarse por si mismo, de ser independiente, de ser el responsable de su destino, el no entendía esta nueva tarea que le encomendaba su madre, la de ser adulto. Ella sabia muy bien que si su hijo se quedaba, sería perjudicial para ambos, porque se transformaría en un competidor por la comida y por la madriguera, además de ser un enemigo para el siguiente apareamiento.
Ya cansada, hizo a su hijo subir del terror que le genero un fuertisimo gruñido a lo mas alto de un gran pino, y mientras este se calmaba del susto allá arriba, veía con tristeza como su mama se alejaba del lugar para nunca mas regresar. Ella disimulaba como la mejor actriz estar enojada, pero la ley de la naturaleza era mas fuerte que todo el dolor que sentía por dejar el único hijo que le quedaba, que amaba, pero que tenía que abandonarlo para que pueda crecer, y así tener un corazón de oso y no de gallina.
Moraleja: Los osos deben irse de sus casas a los 18 meces, los hombres a los 18 años, los osos deben prepararse para el estado de naturaleza, los humanos para el estado civil, ambos deben aprender a buscar su propio alimento, a defenderse de posibles enemigos y a resolver los problemas cotidianos. Lo que aprenderán junto a sus progenitores lo llevaran durante toda la vida.
Pablo Martín Gallero
En una bella tarde de sol en los bosques del Canadá, una madre de oso grizzly con sus tres hijos se despertó hambrienta después de un frío invierno, llego a bajar un cuarto del total de su peso por alimentar a su descendencia durante este largo período.
Toda la familia junta fue hasta el río para pescar salmón que es uno de sus alimentos favoritos, mientras la madre atrapaba peces en la corriente, los cachorros se divertían con juegos que son el entrenamiento para futuros encuentros con sus enemigos, conociendo así sus limites y sus fuerzas.
Uno de los pequeños desde una piedra quiso pescar al igual que su madre, pero al ser inexperto se cayo al agua y la correntada lo arrastro lejos, nadie lo pudo ayudar.
Una tarde estaban caminando por el bosque cuando divisaron que un árbol se movía, la madre se dio cuenta que un oso se estaba rascando la espalda con un pino alto que utiliza para marcar su territorio dejando sus pelos y olores en el, cuando este olfateo a posibles usurpadores fue a sorprenderlos, se encontró con una madre y sus dos hijos, golpeo a uno de los pequeños con la poderosa garra que poseen estos enormes animales y al instante lo dejo sin vida. Cuando su madre vio que sus hijos estaban en peligro, enfurecida ataco al violento asesino, que no pudiendo detenerla huyo despavorido por el bosque sin importarle su jurisdicción.
La vida nos quita los seres queridos cuando menos lo esperamos, la vida tiene leyes que solo podemos aceptar, suele ser muy generosa como mezquina, primero te regala cosas, luego te las quita.
Así fue como aventuras tras aventuras pasaron unidos la madre y el único hijo que le quedo por los caminos de la vida, dieciocho meces convivieron, convirtiendo al novato en un excelente cazador, nadador, pescador, recolector y un gran guerrero.
Hasta que un día todo cambió de repente, la osa echaba a su hijo de su lado, había llegado el tiempo en que él debía cuidarse por si mismo, de ser independiente, de ser el responsable de su destino, el no entendía esta nueva tarea que le encomendaba su madre, la de ser adulto. Ella sabia muy bien que si su hijo se quedaba, sería perjudicial para ambos, porque se transformaría en un competidor por la comida y por la madriguera, además de ser un enemigo para el siguiente apareamiento.
Ya cansada, hizo a su hijo subir del terror que le genero un fuertisimo gruñido a lo mas alto de un gran pino, y mientras este se calmaba del susto allá arriba, veía con tristeza como su mama se alejaba del lugar para nunca mas regresar. Ella disimulaba como la mejor actriz estar enojada, pero la ley de la naturaleza era mas fuerte que todo el dolor que sentía por dejar el único hijo que le quedaba, que amaba, pero que tenía que abandonarlo para que pueda crecer, y así tener un corazón de oso y no de gallina.
Moraleja: Los osos deben irse de sus casas a los 18 meces, los hombres a los 18 años, los osos deben prepararse para el estado de naturaleza, los humanos para el estado civil, ambos deben aprender a buscar su propio alimento, a defenderse de posibles enemigos y a resolver los problemas cotidianos. Lo que aprenderán junto a sus progenitores lo llevaran durante toda la vida.
Pablo Martín Gallero
Entrelazados
Había una vez, hace mucho, mucho tiempo, los bosques, las selvas, los montes eran familias de árboles que vivían hermanados, permanecían unidos para defenderse de la furia del clima, su fortaleza estaba basada en que tanto sus pies (raíces) como sus brazos (ramas) se mantenían firmemente entrelazadas, eran como cadenas de hierro forjadas por el mejor herrero, como manadas de jabalís recorriendo los cerros, como la corriente de un gran río viajando a su destierro; si un tornado, un ciclón pasaba furioso, ellos se agarraban fuertemente las manos y los píes y no dejaban que ningún hermano árbol cayese al suelo, además se daban fuerza cantando melodías que retumbaban hasta las montañas que quedaban admiradas de fragor de su valor, parecían los 300 espartanos luchando contra el ejercito de Jerjes. No desarrollaron grandes espinas porque se percataron que tanto los pájaros como los cuadrúpedos los ayudaban a crecer diseminando, polinizando y plantando las semillas por todos los lugares, así las selvas podían ser cada vez más fuertes; a cambio les brindaban nidos y cobijo. Hasta que todo cambió cuando un cuadrúpedo se irguió en dos patas, era peludo pero muy inteligente, empezó a cortar los árboles para hacer lanzas y para construir sus casas, fue aumentando su población y desarrollando muchas habilidades, tanto se propagaron que necesitaban de los árboles para tener madera y hacer fuego, inventaron maquines que le felicitaba el trabajo de talado. Pero lo que no observaron en su afán de progresar es que mientras más árboles tumbaban menos barreras tenían los grandes vientos, los tornados, los huracanes, por eso sus casas quedaban destruidas, además de hacer cada vez más calor, estaban perdidos en un clima imprevisible. Pasó el tiempo y los bípedos no sabían que hacer contra la violencia de los vientos, entonces comprendieron que debían volver a plantar árboles al igual que los otros animales, ya que los árboles a parte de darle frutos, madera, leña, sombra, barcos, papel, muebles, flores, etc. los protegían de los grandes vientos, de los tornados ya que cuando aluno venía ellos entrelazados lograban un efecto resorte que lo mandaba al tornado al lugar de donde vino. Aunque inconciente los árboles les trasmitían fuerza y aliento en todo momento, esto lo sabe el que se ha sentado en la rama de un gran árbol a descansar, colorin colorado, a plantar árboles hasta que quede todo reforestado.
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