Era grande y muy ponzoñosa, solía atrapar insectos pero cansada de esquivar pisotones y escobazos soñaba ser humana; los dioses le concedieron su deseo, así fue como de día era una hermosa mujer atractiva, de noche volvía a su cueva atrapar insectos con la telaraña; pero como humana seguía teniendo un corazón araña utilizaba todos sus atractivos para atrapar y sacar provecho de sus víctimas; el primero que la encontró fue una alegre granjero que la vio desnuda y no podía creer lo que sus ojos veían así que le consiguió ropas le dio de comer, al principio no hablaba pero luego fue adaptándose rápidamente ya que tenía como un don especial para aprender fácilmente. No solo es un problema caer en una telaraña sino no ser consciente de qué estás atrapado. Como el granjero era muy bueno y la cuidaba muy bien prefirió no devorarselo; ya que tenía por propósito vengarse de los humanos, todos los amigos del granjero y parientes estaban muy contentos con la nueva compañera del granjero pero pasó lo que tenía que pasar, empezaron a desaparecer personas en el pueblo, el primero fue el farmacéutico, parece que la vieron a la nueva novia del granjero varias veces entrara y salir de la tienda, encontraron una carta que explicaba que se iba de viaje a otro país, lo curioso es que todos los bienes los dejó a nombre de la nueva novia del granjero. Ella los llevaba a su cueva, los envolvía en tela de araña y los iba comiendo lentamente, no tenía ni un grado de empatía, no había crecido en ella el espíritu humano que se preocupa de lo que le pasa el otro, esta característica que hace a los humanos buenos, justos y bellos. El que empezó a investigar el caso fue el comisario, que también quedó deslumbrado de la belleza de la nueva novia del granjero, que era simpática y sonriente, tampoco se supo cómo desapareció, el juez se inquietó por el hecho y nombró un nuevo comisario. Nadie sospechaba de la esposa del granjero, porque como buena araña sabía atraer a sus víctimas y escabullirse rápidamente cuando se encontraba en problemas. El que empezó a sospechar de la mujer del granjero fue su pareja, pero como estaba profundamente enamorado encontraba cualquier justificativo para protegerla, la meritocracia, el destino, la ley de la naturaleza, incluso la ceguera mental, porque cuando no se quiere cambiar algo se lo niega, y no hay peor ciego que el que no quiere ver.
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