Le había dado somníferos a todos, nunca se hubiesen imaginado que esa rica cena que les cocinó tan esmeradamente sería la última. Era una noche de luna llena, las estrellas brillaban preciosas en el firmamento, si las hubiese visto seguramente hubiera desistido de seguir con el plan, tampoco había leído a Kant. Dormían plácidamente, posiblemente soñando esperanzas o con algún prado escapando de lobos feroces, cuando todo empezó arder. Intentando no ser descubierto comenzó a gritar: _ ¡Ayuda! ¡ayuda! ¡fuego! ¡fuego! Los vecinos al escuchar los ruidos y gritos acudieron al lugar, pero las llamas eran tan fuertes que todo esfuerzo fue en vano, cuando llegaron los bomberos ya todo estaba consumido. Se tiró al piso mostrando una tristeza desgarradora, era tan buena la actuación que conmovió a todos, gritaba: _ ¿Mi familia, mi familia! ¡Los perdí a todos! Un niño dijo: _ yo lo vi arrojando combustible alrededor de la casa. El niño hasta el día de hoy se encuentra desaparecido. Los vecinos hicieron una campaña para ayudarlo en poco tiempo lograron restituir la vivienda con todas las comodidades, viendo la importancia del trabajo cooperativo, empezó a dar charlas sobre solidaridad, altruismo y el bien común, lo invitaban en los canales de TV, a radios, se hizo tan famoso, que le valió el reconocimiento de todo el pueblo, lo que le sirvió para lograr ser jefe del gobierno municipal. Del chico desaparecido ya nadie se acuerda, sus palabras convencieron a casi todos que olvidaron su pasado, pero como toda cosa no resuelta solo falta que se presente un inconveniente para que recurra al mismo método para resolverlo.
PG
No hay comentarios:
Publicar un comentario