martes, 30 de noviembre de 2010

La luz

150 km/h ¡que tal! es un buen promedio para llegar a tiempo a la reunión. 160 km/h, mejora el promedio el que quiere celeste, que acelere. Lo mejor de la velocidad es que la adrenalina empieza a fluir por tus venas, tienes que estar más despierto ya que la velocidad no te permite dormirte, ni distraerte con el paisaje. 170 km/h he aprendido de los Ingleses a ser puntual, no hay nada más molesto que llegar tarde o que lleguen tarde a las reuniones, la puntualidad en la organización es como la inyección electrónica, cuanto más sincronizada funciona mejor anda el motor. 180 km/h estoy llegando tarde y lo mejor de este auto es que fue diseñado para andar a altas velocidades sin inconvenientes, es estable, frena en pocos segundos, y los caballos de fuerza te permiten cruzar a una hilera de camiones sin temores. 190 km/h Beethoven dijo ¡Haz lo necesario para lograr tu más ardiente deseo y acabarás lográndolo! ya que los ganadores hacen lo que los perdedores no quisieron hacer, siempre hay riesgos, pero solo vence el que está dispuesto a afrontarlos. 200 km/h cuando logre concretar mis negocios pendientes voy a ir de vacaciones a una playa y voy a descansar, pues si trabajamos para descansar lo tengo bien merecido, últimamente el stress no me ha dejado dormir bien y creo que me ha salido una ulcera en el estomago; nunca entendí muy bien ese cuento de la libre y la tortuga…. Una luz en el camino…. yo recuerdo haber frenado, y el AVS nunca me ha fallado, recuerdo que la luz me encandilaba, pero esta luz es todavía más fuerte pero no logra encandilarme, que extraño me siento tan liviano, hace tanto que no me sentía así ¿qué pastilla habré tomado? ¿Qué me habrá pasado?

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