domingo, 21 de noviembre de 2010

Yaguareté

No es fácil ser un Yaguareté hoy en día; hay muy pocos animales para comer, los humanos los han cazado, a otros los han llevado a vivir en cautiverio, otros al quedar poca selva desaparecieron. Los pocos parientes que tenían han sido asesinados; me he enterado que mi padre cayó en una trampa, sin poder escapar se murió de sed y hambre, mi abuelo murió acribillado por unos cazadores furtivos; mi hermana comió carne envenenada. Podría seguir contando las historias de mis parientes felinos, pero todas terminan trágicamente, pensar que fuimos los reyes de la selva, los guaraníes nos llamaban la verdadera fiera, no teníamos miedo a nada, ni a los humanos pues antes de que tengan esas armas explosivas, solo cuando andaban en grandes grupos se atrevían a enfrentarnos, pero como la caza alcanzaba para ambos, teníamos pocos encuentros. La vida en la selva es hermosa, cuando tienes sed encontrás un arroyo, cuando tienes hambre una presa, cuando estas cansado encontrás una madriguera o un árbol con cómodas ramas; pero desde que apareció el hombre blanco con sus máquinas, se acabaron estas bondades hasta cuesta conseguir una compañera para tener hijos. Hoy no es fácil cruzar un alambrado, pasar por el electrificado, esquivar tiros para quitar al humano un poco de carne. Hasta cuesta encontrar hierbas medicinales para sanar los dolores pues muchas se han secado con ese líquido que le tiran los humanos. Pero no pienso darme por vencido se que al final la naturaleza es la que impone las reglas de juego, es de ella de donde proviene la vida y siempre da en abundancia. Debemos aprender a convivir con los humanos, pero los humanos deben respetar nuestros territorios, nuestras selvas vírgenes, de esa forma volverán los animales y podremos vivir bien nuevamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario