lunes, 10 de mayo de 2010
Historia de una adicción
Comencé a fumar marihuana a los 12 años, junto con la ingesta de alcohol, era divertido, unos conocidos adultos me invitaron y no les pude decir que no, era mi boleto a la madurez. Después de esto no la pude dejar más. Posteriormente a varios malestares y desgracias que he pasado me puse a informar. Las drogas son cualquier sustancia que entrando en el organismo producen una modificación, transforman nuestro juicio, comportamiento, nuestro ánimo, generando una dependencia, esta puede ser tanto física como psicológica, brindan una falsa sensación de bienestar que con el tiempo terminan por anular la voluntad de quien las usa, se altera el mensaje entre las neuronas, se juega con el cerebro, un juego que puede llevarnos al mismo infierno. El organismo se acostumbra a una sustancia, después necesita aumentar las dosis para producir los mismos efectos, uno se desinhibe, todo es gracioso cuando estas con amigos, pero si consumís solo puedes pasar horas pensando sin hacer nada, el rendimiento en todo lo que haces disminuye. El cigarrillo te genera un daño, pero la marihuana lo hace mas, ya que no posee un filtro para eliminar ciertas toxinas, el efecto en los varones puede ser la disminución de la testosterona y el número de espermatozoides, en las chicas producen prolactina que altera los ciclos anovulatorios, lo que hace que la pareja pueda correr el riesgo de una infertilidad secundaria. El que consume aspira a una cuota de poder, piensa que el hecho de conseguir esa sustancia prohibida le da mayor prestigio ante los demás, lo vuelve mejor, más canchero, más capaz, pero el costo de sus sensaciones luego pasa factura, y esclaviza a los que no logran salir de temprano. La marihuana es la puerta que hay que atravesar para pasar a conocer las otras drogas más fuertes, con las cuales corremos el peligro de perder la dignidad, la libertad, hasta la vida. Cuando tenía dieciséis le dimos éxtasis a una amiga, no sabíamos que podía pasar, el éxtasis te genera mucho placer; podíamos pasar bailando toda la noche, nos transportaba la mente, puedes volar con los pies en tierra, claro que después uno se siente vacio, más si pierdes a una amiga de toda la vida, ella se sintió mal, se descompuso y entro en coma hasta que murió, el éxtasis con el alcohol fue una mescla fatal. Meses más tarde perdí a un amigo, estábamos en un boliche, fuimos al baño y vimos a un tipo que consumía cocaína y que nos ofrecía, probamos y cuando me levante a la mañana, estábamos en el hospital y ahí me entere que mi amigo ya no existía, parece que tuvo una hemorragia cerebral, sus arterias reventaron, a él le gustaba andar en moto, sus padres le decían que use casco que se puede matar, ahora me doy cuenta que consumir drogas es como andar a altas velocidades en moto y sin casco. Estoy escribiendo esto en un estado de lucidez, porque no se mas cuanto voy a aguantar, ya no la puedo dejar, necesito más, siempre más, aunque yo quede cada vez menos, tengo amnesia, confusión, fobia, ansiedad, estupor, depresión y me está saliendo una tendencia suicida y nadie me puede ayudar, ya no sé cómo salir, he perdido el control sobre mi vida, y escribo esto porque dicen que lo primero que hay que hacer es reconocer el problema, hablar, quizá solo necesito que alguien me escuche.
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