miércoles, 19 de mayo de 2010

El rico Linyera

No es difícil ser linyera, hay que dejarlo todo y vagar por el mundo libremente, hay que desapegarse de las cosas, y esto no es fácil para el ser humano de hoy, que mas que peregrino por este mundo parece un coleccionista inmortal olvidándose que no somos más que polvo y cenizas. Cuesta, no es agradable volverte un perdedor, llore amargamente el día que el banco me quitó la casa, tuvieron que sacarme a la fuerza y hasta tuve que pasar unas noches en prisión por agredir a un oficial, cuando la ley te beneficia es miel pero cuando se te pone en contra es una amarga hiel. Uno se acostumbra a los prejuicios de la gente, los chicos te tienen miedo, las madres le dicen que somos el hombre de la bolsa, es comino no, que si se portan mal, nosotros pasamos los llevamos y los comemos ¡un poco exageradas no! Ustedes se preguntan como un tipo tan exitoso como yo se convirtió en linyera. Fácil, lo único seguro en la vida es que no hay nada seguro, yo era yupi en la bolsa de valores, aposte mal y lo perdí todo, nos confiamos de una consultora que terminó traicionándonos por unos cuantos millones. La gente le tiene miedo a los linyeras pero no le tienen miedo a los yupis, que contradicción. La bolsa de valores se maneja con dos fuerzas, miedo y avaricia, cuando los inversionistas de la bolsa tienen miedo venden acciones y estás caen. Cuando compran acciones masivamente esta suben; las empresas se valúan conforme lo dicta la bolsa de valores. El accionista es la persona que tiene una acción de esa empresa y esa acción tendrá un valor según cotiza en la bolsa. Cuando se revienta alguna burbuja financiera debido a la gran especulación de los bancos, prestamos ficticios con intereses reales, las acciones caen, cunde el pánico y los índices caen estrepitosamente, esto tiene un efecto domino en los otros países, la economía cae, y genera mucha desocupación, atraso y pobreza, si las empresas y ciudadanos ganan menos, también gastarán menos, y caerá la demanda de insumos, caerán las importaciones, habrá menos interés en comprar bonos emitidos por los gobiernos de los países emergentes, haciendo más difícil la financiación del gasto público y posiblemente llevando a recortes en el mismo. Antes era especialista en economía, pero esta no es una ciencia exacta, depende de la psicología de la gente más de lo que se cree, depende del marketing y de la inercia de las masas, y del manejo de la bolsa, ahora estoy sufriendo en carne propia lo que antes yo generaba cuando cerrábamos empresas para no perder capital, miles de obreros dejábamos en la calle, y no nos importaba más que nuestras cuentas en los bancos, números, nada más que números, todo se reducía a ellos, la vida era solamente resultado de una ecuación matemática, cuando no cerraba esa ecuación hasta inventábamos guerras, con tal de que los números siempre suban. Es un vició la bolsa al igual que la ludopatía, hasta que uno pierde todo y ahí te das cuenta recién quiénes son tus verdaderos amigos. Bueno eso ya es cosa del pasado, ahora me siento libre como el viento, a pesar de sufrir hambres y frío, puedo disfrutar de las salidas de sol, del canto de los pájaros y del discurrir de algún arroyo, la vida no es fácil para un linyera, pero nunca lo fue, ni siquiera cuando era yupi. Lástima que tuve que pasar por muchos dolores para darme cuenta de que la realidad no son solo los números, que hay personas detrás de ellos, que hay familias que sufren, que hay niños. Los linyeras muchas veces solo somos la consecuencia de la economía, somos linyeras porque nos cansamos de la competencia, pero somos seres humanos, ahogamos nuestras penas en el alcohol, como el yupi ahoga sus penas en las ganancias. Ahora disfruto del calor del fuego con amigos, a veces nos emborrachamos, pero no le hacemos daño a nadie, esa es una gran diferencia que cuando trabajaba para los inversionistas.

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