miércoles, 1 de noviembre de 2023

La piel de los Fantasmas

 


Había una vez cuatro fantasmas que vivían entre los seres humanos, se divertían con las cosas que le pasaban, aunque a veces sufrian con ellos, la pasaban bien, atravesaban paredes, asustaban a la gente, bailaban con la música, cantaban y compartían las cosas que hacen los humanos pero todo en su invisibilidad. Un día le pidieron a su superior que querían sentir lo que sienten los humanos, su súplica fue bien recibida así que el superior de ángeles a cada uno le revistió una piel humana de diferente color y religión, uno fue musulmán, el otro cristiano, el otro judío y el otro budista, a cada uno le regaló un atributo, un dón para poner al servicio de la comunidad, para que puedan compartir  enfrentando las adversidades y sobrevivir, a uno le dio la tierra, al otro le dio el agua, a otro le dio el aire y a otro le dio el fuego; el que tenía la tierra sembró y cosechó así que vendía los productos que tenía, el que le tocó el fuego vendía el fuego para que puedan cocinar y calentarse,  el que tenía el agua la vendia en botella y el que tenía el aire le pagaban una concesión por ser el dueño. Cómo fueron fantasmas y nunca tuvieron necesidades físicas pensaron que sería fácil, al principio se reían del color de la piel de cada uno, se mofaban y se divertían el problema surgió cuando sintieron alguna molestia en la escasez, uno sintió frío por la falta de fuego, otro hambre por la falta de alimento, otro sed por la falta de agua, otro comenzó a tener ataques de pánico y sentía que le faltaba el aire; fué cuando surgieron en ellos celos y envidia por lo que tenía el otro, se preguntaban ¿porque no les tocó a ellos? ¿Por qué tienen que pagar por el agua, por el fuego, el aire, por los productos de la tierra? Cada uno se hacía esa pregunta, ¿no era injusto? cada uno veía lo que le faltaba y no lo que tenía. Entonces cómo cada uno rendía alabanzas a Dios a su manera, empezaron a ver en la adoración que hacían los demás que era falsa, cada uno de ellos decía estar más cerca de Dios, ser más amigo y entender mejor su voluntad, y por lo tanto ser más digno que el otro por lo que le correspondían mayores derechos en la repartija de los recursos, además junto al desprecio les parecía que el otro actuaban mal, que eran los malos, que estaban equivocados, por lo que surgieron las críticas, luego las injurias y comenzaron a mirarse con bronca y desconfianza, lo que hizo que no quisieran intercambiar más los productos que cada uno tenía, esto hizo que cada uno buscará la forma de arrebatarselo por la fuerza, por lo que fabricaron armas, hasta que llegó el día en que se atacaron generando mucho daño en sus territorios, la siembra se estropeó, el agua se contaminó, el fuego se apagó y el aire se llenó de gases tóxicos. La guerra nunca es buena, mata el alma y envenena, recordaban estas palabras que habían escuchado por ahí, por lo que buscaron ayuda en su superior, le reclamaron que eso no era la condición que ellos esperaban de la humanidad; lo que le respondió: _ a cada cual se le dio por partes iguales, que alcanza para todos si saben como intercambiarlos, hasta les debería sobrar ya que la naturaleza es generosa, debían tener espíritu de servicio y cooperación, así viviran pacíficamente y felizmente; fue su codicia la que hizo que esos destruyeran todo. Y accedió a darles otra oportunidad.


miércoles, 6 de septiembre de 2023

Un cuchillo y un celular



Fue a preparar la moto que habían usurpado; dejó salir una sonrisa de maldad recordando la cara de pánico de su anterior dueño. El cuchillo le sirvió para abrir las bolsas de las compras, un poco de papa, cebolla, se quejó de lo caro que estaba todo, puso un poco de osobuco que finalmente preparó para alimentar a sus hijos que rezongaban por las tareas de la escuela. Él más grande agarró el cuchillo que tenía su madre porque le dijeron que tenía que venir armado, que nunca se sabe, además ya era hora del bautismo. Se subió a la moto y partieron con su amigo al centro donde es fácil escabullirse y atrapar algún cheto. Bajo del ascensor del edificio, quitó el polvo del auto, pero decidió ir a pie, estaba contento por haber terminado de pagar todos los gastos de las expensas, estuvo mandando mensajes todo el día a clientes amigos y familiares, la empresa marchaba bien, la inflación hizo que se tenga que achicar un poco el personal, los llantos del bebé le daba nuevas esperanzas y fuerzas para trabajar por el país, pensaba ahorrar en dólares para darle la mejor educación a su hijo. Se cruzaron e intercambiaron miradas de desconfianza, agarró fuertemente su celular y él el cuchillo con que le amenazaba que se le zafó y atravesó su piel. No me quiero morir fue lo último que se escuchó. Fueron a un bar con los amigos a festejar el atraco, las cervezas acompañaban la alegría que se mezclaba con algo que nunca había sentido antes como un vacío, un retorcijón en el interior, no sabía si era el osobuco de la mañana o no recordaba que había perdido. Ella se enteró de la noticia, no la esperaba, nadie espera que sucedan estas cosas, menos intencionalmente, las lágrimas querían limpiar un poco la escena pero solo quitaban la visión de un panorama triste, la miseria siempre es triste.


domingo, 13 de noviembre de 2016

El auto

Estaba preocupado por todo el trabajo acumulado, ser técnico de computadoras lleva su tiempo. Contento porque había conseguido el dinero para comprar mi primer auto, aunque endeudado, me hizo dar cuenta con quien podía contar, aprendiendo a manejar había llevado a mi compañera la clínica para que atiendan a nuestro primer hijo. Esperando afuera, contemplaba mi nuevo vehículo, del color que siempre quise, además de ser gasolero, andaba muy bien por ser usado, orgulloso disfrutando de los rayos del sol mañanero, cuando veo que del motor empieza a salir humo, el auto estaba apagado así que no había razón para preocuparse, abrí el capot para ver lo que pasaba, y el fuego creció de repente, se acercó alguien y me pregunto ¿tenes matafuego?, no, no le dije... y eso, había que tener, pensé, de pronto se acercó otra persona, se sacó la camisa, la mojo con el agua sucia que venía del cordón de la banquina y la coloco arriba del motor ahogando el fuego, desconectó la batería... yo paralizado por el pánico mirando, sin saber como ayudarlo. Apagado el fuego, agarró su camisa mojada y sucia, le ofrecí dinero por el favor, el cual rechazó, y se fue caminando con el torso descubierto y la camisa hecha trapos en su mano, sabía que la iba a lavar y así volver a utilizar: No necesito una capa, solo una camisa para transformarse nuestro héroe.

miércoles, 13 de agosto de 2014

La era del cuadrado




Era un redondo que apareció en la sociedad de los cuadrados, no encajaba en ningún lugar. La sociedad de los cuadrados, construía todo cuadrado, las casas, los puentes, los edificios, los autos, hasta las pizas eran cuadradas;  se sentían orgullosos de pertenecer a una sociedad tan organizada, y si, los redonditos de Ricota estaban prohibidos. Pero cuando llegó el redondo, no sabían que hacer porque los niños preguntaban a sus padres, si su forma, cuadrada, no estaba pasada de moda. Les decían que los redondos parecían más fuertes, porque aguantaban mejor la presión. Entonces sometieron al redondo a un tratamiento de gimnasia para que logre transformar su cuerpo, pero no hubo caso; también con psicólogos, que trataban de hacerle olvidar su origen redondo y de cambiar sus ideas, hasta médicos intentaron cambiar su forma con operaciones, pero no lo lograban ya que lo ovoide volvía a reaparecer, lo redondo se le manifestaba hasta en la forma de hablar. Por eso decidieron mantenerlo aislado en una prisión, para que los niños no cuestionen la organización social. Y prohibieron el uso de la rueda, por más que la necesitaban para hacer más holgado el trabajo, porque era un símbolo subversivo. Dice la historia que el redondo se escapó de la prisión, pero no intentó convencer a los cuadrados de que otras formas de vida eran posibles, estaban tan convencidos de que su sociedad era la mejor, que no iban a escucharlo. El redondo logró huir con una cuadrada y se fueron a vivir a una isla en el océano, tuvieron muchos hijos, triángulos, rectángulos, rombos, polígonos, etc. Los que se multiplicaron. Y a los cuadrados no les quedó otra que aceptar las diferencias.

jueves, 9 de enero de 2014

El árbol de mango




Había una vez un gran árbol de mango que todos los años daba mucha fruta, por lo que los animales de la selva establecieron un régimen democrático para administrar los frutos del mango, así poder ir cambiando las autoridades ya que cuando estas permanecían mucho tiempo en el poder siempre se quedaban con gran cantidad de los frutos; el viejo elefante enseñó que el fin del gobierno es la justicia. Pero en la actual administración de los monos, muchos animales estaban descontentos porque la ración de mango era muy escaza y se notaba que los monos estaban cada día más gordos; entonces los animales de la selva empezaron a hacer protestas y manifestaciones en contra de los monos. Los monos preocupados se reunieron y decidieron que para que no sigan los reclamos algo tenían que hacer, y se les ocurrió que si presentaban alguna obra de teatro divertida los animales se olvidarían de sus pesares. Entonces los convocaban todos los días para presenciar monerías, y funcionó, los animales se iban flacos pero contentos, estar con las vertebras bien marcadas se hizo una moda. Pero no pasó poco tiempo para que los animales con hambre volvieran a reclamar. Entonces los monos se reunieron nuevamente y tras una breve discusión, a uno se le ocurrió que debían representar obras en las que los animales se vayan convencidos de que si los monos no reinasen lo haría el caos, de que la  condición de cada animal es por el uso que hace de su libertad y no por culpa de los que gobiernan que necesitan mucha fruta para poder pensar bien; afirmó: _los monos tenemos el derecho de administrar el árbol de mango para el bien del pueblo, pues así lo quiso Dios, si estamos convencidos, convenceremos. Todos los días los animales se reunían a ver monadas y pequeñas historias que demostraban que era bueno, justo y correcto que el árbol de mango lo administren los monos. Cuando se moría algún animal de hambre los animales se iban convencidos de que algo habrá hecho mal, que fue su conducta lo que lo llevo a ese estado. Y así los monos gobernaron por mucho tiempo.
Pablo Martín Gallero


La caverna




En cierta ocasión las comadrejas entraron a una caverna y descubrieron que hasta llegar al fondo debían recorrer una larga distancia que la tornaba misteriosa y atrayente, era una experiencia que les gustaba repetir, decían que los olores que poseía podían producir visiones, fue así que esta noticia se propagó por toda la selva.
Las comadrejas que habían descubierto este fenómeno cobraban la entrada a los animales que querían experimentarlo, entonces los monos que eran los gobernantes decidieron prohibirla, sus científicos determinaron que era perjudicial para la salud de los animales además consideraban que los volvía  haraganes, así no eran ni buenos productores, ni buenos consumidores; por lo que mandaron a tapar la entrada de la caverna con una gran piedra que arrastraron los elefantes y que las panteras custodiaban.
Las comadrejas que son muy astutas no tardaron en cavar un túnel que daba con la caverna para poder seguir con el negocio. Pasó el tiempo y el rumor cundió por el lugar, hasta llegar a oídos de los monos, que ordenaron perseguir y apresar a todas las comadrejas.
Las comadrejas acordaron con las panteras un porcentaje para que les permitan seguir con la empresa; había muchos monos que hacían la vista gorda porque también recibían otro tanto, además que también gustaban de ir a la caverna.  Tanto los monos como las panteras se hicieron ricos. Cada tanto aparecía un mono o una pantera muertos por denunciar dicha fechoría que iba contra las normas de la administración de la selva, pero todos los animales se resignaban, pues nadie sabía qué hacer. Hasta que los animales que echaban de menos la antigua paz decidieron terminar con tanta violencia, fueron hasta la casa de gobierno de los monos y les pidieron que liberen el camino a la caverna, que dejen de perseguir a las comadrejas y a sus visitantes, pues entendían que el remedió fue peor que la enfermedad, que no se puede menguar la libertad, que si se quiere combatir algo hay que hacerlo con la educación y prevención, no con la prohibición, así muerto el perro se acabó la rabia.
Ante el reclamo, los monos así lo hicieron, los elefantes liberaron la entrada, las comadrejas tuvieron que volver a trabajar, y nadie más era perseguido por intentar pasar. Para asombro ya nadie estaba interesado en visitar la caverna, porque en lo prohibido brillaba astuta la tentación, pero desde que dejo de serlo pareciera como si a nadie le importase, solo a algunos paleontólogos que gustaba de estudiar el fenómeno. Fue así que se terminó con el negoció de las comadrejas, con la corrupción de la administración y de sus fuerzas. Volvió la paz a la selva.


lunes, 11 de noviembre de 2013

En la Oscuridad




Era una noche serena, el aire estaba calmo como anunciando algo trágico, no podía ver las estrellas aunque se las imaginaba allí arriba, brillantes, esperanzadoras, como una antorcha en una cueva iluminando la salida.
Las torturas habían magullado el cuerpo; sintió la misma sensación que hace muchos años cuando había sido detenido sin una orden. Esa vez habían entrado a su casa rompiendo la puerta y se lo llevaron en calzoncillos, pese a los gritos de su mujer. El sabor metálico de la sangre en la boca, le hizo recordar al crucificado, algo habrá visto para dar su vida, seguramente en el mundo había mucha gente buena, por la que valía la pena dar la vida.
Siguió cavilando: “Pensar que trabajar por los más pobres, mandato divino, era considerado pecado, era cosa mal vista por la ideología dominante, la guerra se define como la lucha armada para hacer prevalecer un punto de vista político pero empieza a ser un crimen desde que excede la necesidad estricta de salvar la propia existencia. No es un derecho, sino una defensa. Vaya uno a hacerles entender, si se creen los bienhechores de la sociedad, aunque no siguen ni el debido proceso, ni la defensa en juicio, ni las normas internacionales, ni el trato digno; suspirando dijo susurrando: _ qué bueno que es vivir en democracia. Se le vino a la mente la Patagonia rebelde, con 1500 peones fusilados por pedir un par de velas más para iluminar la oscura noche y un sueldo mejor pago. A veces la vida no es justa. Hay personas que prefieren que la verdad no salga a la luz. Lo que no se dan cuenta, pensaba con una sonrisa entre sus labios sangrantes, “que por más que a la verdad se la quiera tapar con tierra, la verdad triunfará, recordó a los fusilados en la masacre de Katyn, 22 dos mil polacos fusilados con un tiro en la nuca por los soviéticos, que culparon a nos nazis del hecho, pero la verdad al final salió. Porque la verdad es como el amor, que no se puede palpar pero que existe, es como la primavera, que por más que se corten todas las flores no van a poder detenerla. Ya Platón decía que el fin del hombre es conocer la verdad y amar el bien.
Se pregunto qué sería de la vida de sus torturadores, ¿serían padres de familia? Por su aspecto ya varios estarían jubilados ¿Cómo harían para mirar la cara a sus hijos y nietos? ¿Cómo debe ser la conciencia de un tipo que ha apretado el gatillo sobre personas inocentes? Si la verdad, el bien y la belleza suelen ser cosas que anhelamos, cuando hacemos el mal, no deja de impactarnos negativamente sobre nuestro ser, así como impactan en nosotros las cosas positivas. Le pareció reconocer la voz de un vecino suyo que varias veces había visto en la iglesia, le llamó_ Cerdo marxista, que gracioso, seguramente nunca habría leído al Capital, y pareciera que sabían mas de marxismo que los de la Internacional. Todas las ideologías fueron utilizadas por seres despreciables, dictadores, genocidas, terroristas, pero todas ellas pretendían un mundo mejor, lo que no tuvieron en cuenta fueron los medios. Los recordaba mientras le dolía todo el cuerpo, todo te vuelve pensaba, era su consuelo.
Ya sabía lo que le esperaba, cemento y al mar. No se acordaba pero resonaba estas palabras en su mente; a la historia no se la detiene ni con la represión, ni con el crimen. La humanidad avanza para la conquista de una vida mejor. Sabía que más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pasará el hombre libre, para construir una sociedad mejor, más justa, donde la verdad reinará por siempre.