Era
un redondo que apareció en la sociedad de los cuadrados, no encajaba en ningún
lugar. La sociedad de los cuadrados, construía todo cuadrado, las casas, los
puentes, los edificios, los autos, hasta las pizas eran cuadradas; se sentían orgullosos de pertenecer a una
sociedad tan organizada, y si, los redonditos de Ricota estaban prohibidos.
Pero cuando llegó el redondo, no sabían que hacer porque los niños preguntaban
a sus padres, si su forma, cuadrada, no estaba pasada de moda. Les decían que los
redondos parecían más fuertes, porque aguantaban mejor la presión. Entonces
sometieron al redondo a un tratamiento de gimnasia para que logre transformar
su cuerpo, pero no hubo caso; también con psicólogos, que trataban de hacerle
olvidar su origen redondo y de cambiar sus ideas, hasta médicos intentaron
cambiar su forma con operaciones, pero no lo lograban ya que lo ovoide volvía a
reaparecer, lo redondo se le manifestaba hasta en la forma de hablar. Por eso
decidieron mantenerlo aislado en una prisión, para que los niños no cuestionen
la organización social. Y prohibieron el uso de la rueda, por más que la
necesitaban para hacer más holgado el trabajo, porque era un símbolo subversivo.
Dice la historia que el redondo se escapó de la prisión, pero no intentó
convencer a los cuadrados de que otras formas de vida eran posibles, estaban
tan convencidos de que su sociedad era la mejor, que no iban a escucharlo. El
redondo logró huir con una cuadrada y se fueron a vivir a una isla en el océano,
tuvieron muchos hijos, triángulos, rectángulos, rombos, polígonos, etc. Los que
se multiplicaron. Y a los cuadrados no les quedó otra que aceptar las
diferencias.
miércoles, 13 de agosto de 2014
jueves, 9 de enero de 2014
El árbol de mango
Había una vez un gran árbol de
mango que todos los años daba mucha fruta, por lo que los animales de la selva
establecieron un régimen democrático para administrar los frutos del mango, así
poder ir cambiando las autoridades ya que cuando estas permanecían mucho tiempo
en el poder siempre se quedaban con gran cantidad de los frutos; el viejo
elefante enseñó que el fin del gobierno es la justicia. Pero en la actual
administración de los monos, muchos animales estaban descontentos porque la
ración de mango era muy escaza y se notaba que los monos estaban cada día más
gordos; entonces los animales de la selva empezaron a hacer protestas y
manifestaciones en contra de los monos. Los monos preocupados se reunieron y
decidieron que para que no sigan los reclamos algo tenían que hacer, y se les
ocurrió que si presentaban alguna obra de teatro divertida los animales se
olvidarían de sus pesares. Entonces los convocaban todos los días para
presenciar monerías, y funcionó, los animales se iban flacos pero contentos,
estar con las vertebras bien marcadas se hizo una moda. Pero no pasó poco
tiempo para que los animales con hambre volvieran a reclamar. Entonces los
monos se reunieron nuevamente y tras una breve discusión, a uno se le ocurrió que
debían representar obras en las que los animales se vayan convencidos de que si
los monos no reinasen lo haría el caos, de que la condición de cada animal es por el uso que
hace de su libertad y no por culpa de los que gobiernan que necesitan mucha
fruta para poder pensar bien; afirmó: _los monos tenemos el derecho de
administrar el árbol de mango para el bien del pueblo, pues así lo quiso Dios,
si estamos convencidos, convenceremos. Todos los días los animales se reunían a
ver monadas y pequeñas historias que demostraban que era bueno, justo y
correcto que el árbol de mango lo administren los monos. Cuando se moría algún
animal de hambre los animales se iban convencidos de que algo habrá hecho mal,
que fue su conducta lo que lo llevo a ese estado. Y así los monos gobernaron
por mucho tiempo.
Pablo Martín Gallero
La caverna
En cierta ocasión las comadrejas entraron a una caverna y descubrieron
que hasta llegar al fondo debían recorrer una larga distancia que la tornaba
misteriosa y atrayente, era una experiencia que les gustaba repetir, decían que
los olores que poseía podían producir visiones, fue así que esta noticia se
propagó por toda la selva.
Las comadrejas que habían descubierto este fenómeno cobraban la
entrada a los animales que querían experimentarlo, entonces los monos que eran
los gobernantes decidieron prohibirla, sus científicos determinaron que era
perjudicial para la salud de los animales además consideraban que los volvía haraganes, así no eran ni buenos productores,
ni buenos consumidores; por lo que mandaron a tapar la entrada de la caverna
con una gran piedra que arrastraron los elefantes y que las panteras custodiaban.
Las comadrejas que son muy astutas no tardaron en cavar un túnel que
daba con la caverna para poder seguir con el negocio. Pasó el tiempo y el rumor
cundió por el lugar, hasta llegar a oídos de los monos, que ordenaron perseguir
y apresar a todas las comadrejas.
Las comadrejas acordaron con las panteras un porcentaje para que les
permitan seguir con la empresa; había muchos monos que hacían la vista gorda
porque también recibían otro tanto, además que también gustaban de ir a la
caverna. Tanto los monos como las
panteras se hicieron ricos. Cada tanto aparecía un mono o una pantera muertos
por denunciar dicha fechoría que iba contra las normas de la administración de
la selva, pero todos los animales se resignaban, pues nadie sabía qué hacer.
Hasta que los animales que echaban de menos la antigua paz decidieron terminar
con tanta violencia, fueron hasta la casa de gobierno de los monos y les
pidieron que liberen el camino a la caverna, que dejen de perseguir a las
comadrejas y a sus visitantes, pues entendían que el remedió fue peor que la
enfermedad, que no se puede menguar la libertad, que si se quiere combatir algo
hay que hacerlo con la educación y prevención, no con la prohibición, así
muerto el perro se acabó la rabia.
Ante el reclamo, los monos así lo hicieron, los elefantes liberaron la
entrada, las comadrejas tuvieron que volver a trabajar, y nadie más era
perseguido por intentar pasar. Para asombro ya nadie estaba interesado en visitar
la caverna, porque en lo prohibido brillaba astuta la tentación, pero desde que
dejo de serlo pareciera como si a nadie le importase, solo a algunos paleontólogos
que gustaba de estudiar el fenómeno. Fue así que se terminó con el negoció de
las comadrejas, con la corrupción de la administración y de sus fuerzas. Volvió
la paz a la selva.
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