viernes, 17 de diciembre de 2010

Navidad en la serranía

Navidad

Llevaba la Navidad, Luis estaba enojado porque ningún hijo iba ir a pasar esos días festivos con el. Los hijos crecen y como los pájaros vuelan del nido, toman rumbos diferentes, ninguno quiso quedarse en la serranía, prefirieron la vida en la ciudad a la vida del campo, él se daba cuenta que la televisión imponía modas que eran difíciles de contradecir. Todos le insistían en que use el celular que le habían obsequiado la Navidad anterior, pero él, terco, decía que prefería la época pasada, donde la gente se encontraba para compartir. Así que con los hijos lejos esa Navidad, triste recordaba los bellos ojos de su mujer, lo bien que cocinaba y el optimismo con que vivía, en ese momento se apareció un cachorro que estaba con mucha hambre, le dio de comer y después se puso a jugar con el, había olvidado por un momento su soledad, cuando se cansó  se puso a escuchar villancicos por la radio, el locutor comentó que un niño había perdido su mascota con las mismas características del que él había hallado, y que daba una gran recompensa para recuperarlo. Al anciano le dio lastima desprenderse de su nuevo amigo pero sabia que era lo correcto así que cargando el perro se dirigió al punto de encuentro. Cuando el niño se encontró con su perro lo abrazo y jugaban contentos. El padre saco la suma de billetes prometida, pero el anciano no las acepto de ningún modo, le dijo si algún día a el se le perdiera una oveja se alegrará cuando se la devuelvan. A cambio el padre insistió para que pase la noche buena con ellos. Fue así que entre brindis y ricos alimentos caseros, con nuevos amigos que el anciano pudo festejar la Navidad. La estrella de Belén a veces puede se un perro, un amigo, un pariente, lo importante es saber que Cristo resucito y festejar la alegría de ser hijos de Dios. 

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