miércoles, 28 de abril de 2010

El vengador santo

Este cuento, no se trata del diablo, ese personaje quemado. No este era un ángel que trabajaba con Dios, le ayudaba a implantar el bien sobre la tierra, pero ya estaba cansado de hacer el bien, porque por mas que se esmerase siempre venía un ser humano a estropear lo que él había arreglado, ayudaba a un estudiante a alcanzar sus exámenes pero después lo atropellaba un auto, socorría a una madre a sostener a su familia pero después sus hijos se le drogaban. El ángel vio que no tenía sentido hacer el bien a particulares sino que pensó que si lograba un mayor bien general este se derramaría en los particulares. Así que durante las sesiones del congreso mientras los diputados discutían, les susurraba en el oído: piensa en los pobres, piensa en los analfabetos, piensa en los enfermos, piensa en los delincuentes, piensa en los huérfanos, pero pese a sus esfuerzos pasaban los años y no lograba cambiar sus pensamientos _ billetera mata ángel; pensó. Se cansó, con una bincha en la cabeza salió a vengar a los sufrientes, empezó a hacer el mal para traer un mayor bien, hacia crecer tumores a los malos, les hacia producir vómitos, cefalea, fiebre, muchos terminaban muriendo, a otros les causaba accidentes. Pero el ángel se dio cuenta que por más personas que se lleve al otro mundo, siempre seguía estando el mal en la tierra, porque iban surgiendo nuevos malvados que solo pensaban en ellos mismos, solo esperaban la oportunidad para ocupar el cargo bacante del mafioso saliente. No sabía qué hacer para que triunfe el bien. Entonces le fue a preguntar a Dios que podía hacer; Dios le contesto que debía buscar en su corazón. Así que vagando entre plazas, bosques, ciudades de la tierra caminaba desconsolado sin saber que debía hacer, pasó entre guerras, villas miserias, peleas, niños famélicos, ríos contaminados y se preguntaba si valía la pena realmente esforzarse por salvar al ser humano. Hasta que vio como unos niños disfrutaban surfeando en unas olas, se subió con ellos y le pareció volar, jugo a partidos de ajedrez, se río con monólogos, anduvo detrás de una moto, aprendió que muchas veces las personas se perdonaban, y vio que a pesar del mal, siempre existe el bien, que hay que saberlo reconocer, y aprendió que no es con venganza, violencia, o dolor que se logra mayor bien, sino que es encontrando alegría como se genera mayor alegría, y es en ella donde nace el bien. Comprendió que el bien no se puede imponer, sino que surge espontáneamente cuando las personas son felices, el bien surge de la libertad, es una opción ante la adversidad, perseverando para que triunfe la verdad. Cuando comprendió que el bien es un camino que solo se puede transitar estando alegres, fue tanta su alegría que solo quería ayudar haciendo que las personas vuelvan a reír.

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