Era
un redondo que apareció en la sociedad de los cuadrados, no encajaba en ningún
lugar. La sociedad de los cuadrados, construía todo cuadrado, las casas, los
puentes, los edificios, los autos, hasta las pizas eran cuadradas; se sentían orgullosos de pertenecer a una
sociedad tan organizada, y si, los redonditos de Ricota estaban prohibidos.
Pero cuando llegó el redondo, no sabían que hacer porque los niños preguntaban
a sus padres, si su forma, cuadrada, no estaba pasada de moda. Les decían que los
redondos parecían más fuertes, porque aguantaban mejor la presión. Entonces
sometieron al redondo a un tratamiento de gimnasia para que logre transformar
su cuerpo, pero no hubo caso; también con psicólogos, que trataban de hacerle
olvidar su origen redondo y de cambiar sus ideas, hasta médicos intentaron
cambiar su forma con operaciones, pero no lo lograban ya que lo ovoide volvía a
reaparecer, lo redondo se le manifestaba hasta en la forma de hablar. Por eso
decidieron mantenerlo aislado en una prisión, para que los niños no cuestionen
la organización social. Y prohibieron el uso de la rueda, por más que la
necesitaban para hacer más holgado el trabajo, porque era un símbolo subversivo.
Dice la historia que el redondo se escapó de la prisión, pero no intentó
convencer a los cuadrados de que otras formas de vida eran posibles, estaban
tan convencidos de que su sociedad era la mejor, que no iban a escucharlo. El
redondo logró huir con una cuadrada y se fueron a vivir a una isla en el océano,
tuvieron muchos hijos, triángulos, rectángulos, rombos, polígonos, etc. Los que
se multiplicaron. Y a los cuadrados no les quedó otra que aceptar las
diferencias.