Era una noche serena, el aire estaba calmo como anunciando algo
trágico, no podía ver las estrellas aunque se las imaginaba allí arriba,
brillantes, esperanzadoras, como una antorcha en una cueva iluminando la
salida.
Las torturas habían magullado el cuerpo; sintió la misma sensación que
hace muchos años cuando había sido detenido sin una orden. Esa vez habían
entrado a su casa rompiendo la puerta y se lo llevaron en calzoncillos, pese a
los gritos de su mujer. El sabor metálico de la sangre en la boca, le hizo
recordar al crucificado, algo habrá visto para dar su vida, seguramente en el
mundo había mucha gente buena, por la que valía la pena dar la vida.
Siguió cavilando: “Pensar que trabajar por los más pobres, mandato
divino, era considerado pecado, era cosa mal vista por la ideología dominante,
la guerra se define como la lucha armada para hacer prevalecer un punto de
vista político pero empieza a ser un crimen desde que excede la necesidad
estricta de salvar la propia existencia. No es un derecho, sino una defensa. Vaya
uno a hacerles entender, si se creen los bienhechores de la sociedad, aunque no
siguen ni el debido proceso, ni la defensa en juicio, ni las normas
internacionales, ni el trato digno; suspirando dijo susurrando: _ qué bueno que
es vivir en democracia. Se le vino a la mente la Patagonia rebelde, con 1500
peones fusilados por pedir un par de velas más para iluminar la oscura noche y
un sueldo mejor pago. A veces la vida no es justa. Hay personas que prefieren que
la verdad no salga a la luz. Lo que no se dan cuenta, pensaba con una sonrisa
entre sus labios sangrantes, “que por más que a la verdad se la quiera tapar
con tierra, la verdad triunfará, recordó a los fusilados en la masacre de
Katyn, 22 dos mil polacos fusilados con un tiro en la nuca por los soviéticos,
que culparon a nos nazis del hecho, pero la verdad al final salió. Porque la
verdad es como el amor, que no se puede palpar pero que existe, es como la
primavera, que por más que se corten todas las flores no van a poder detenerla.
Ya Platón decía que el fin del hombre es conocer la verdad y amar el bien.
Se pregunto qué sería de la vida de sus torturadores, ¿serían padres
de familia? Por su aspecto ya varios estarían jubilados ¿Cómo harían para mirar
la cara a sus hijos y nietos? ¿Cómo debe ser la conciencia de un tipo que ha
apretado el gatillo sobre personas inocentes? Si la verdad, el bien y la
belleza suelen ser cosas que anhelamos, cuando hacemos el mal, no deja de
impactarnos negativamente sobre nuestro ser, así como impactan en nosotros las
cosas positivas. Le pareció reconocer la voz de un vecino suyo que varias veces
había visto en la iglesia, le llamó_ Cerdo marxista, que gracioso, seguramente
nunca habría leído al Capital, y pareciera que sabían mas de marxismo que los
de la Internacional. Todas las ideologías fueron utilizadas por seres
despreciables, dictadores, genocidas, terroristas, pero todas ellas pretendían
un mundo mejor, lo que no tuvieron en cuenta fueron los medios. Los recordaba mientras
le dolía todo el cuerpo, todo te vuelve pensaba, era su consuelo.
Ya sabía lo que le esperaba, cemento y al mar. No se acordaba pero
resonaba estas palabras en su mente; a la historia no se la detiene ni con la
represión, ni con el crimen. La humanidad avanza para la conquista de una vida
mejor. Sabía que más temprano que tarde, de
nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pasará el hombre libre, para
construir una sociedad mejor, más justa, donde la verdad reinará por siempre.